aparecía mucho más elaborado. En el cielo del panel central del Juicio Final se podía intuir una cara, con sus dos ojos, nariz y oídos, y con dos líneas en forma de «U» invertida, dos arcos convexos paralelos, símbolo de la triste boca. El perímetro de la cabeza era el de la nube sobre la que reposaban los divinos personajes que daban forma a los oídos, ojos, nariz y mofletes. Había seis apóstoles a cada lado de la boca, en los carrillos. Jesús se sentaba sobre la boca; su cuerpo sugería la nariz: la capa roja que le cubría los hombros y las piernas dejaba al descubierto su torso desnudo, con la herida en el costado derecho. Unos ángeles con trompetas daban forma a los oídos, relacionando así el sonido que producían con el órgano sensorial que lo percibía. La idea que perseguía el Bosco parecía la misma en ambas obras: mostrar la tristeza de Dios .tanto en el Génesis como en el Apocalipsis. al ver la maldad que reinaba en el corazón de los seres por Él creados, y sentirse obligado a destruirlos. La nube semiesférica coronaba una cabeza infernal, como de astado .cual dios Apis 1284., de múltiples ojos iluminados por el fuego aún latente tras las construcciones derruidas que poblaban el desolador y apocalíptico paisaje. El puente sugería la boca .cabezas (2)., y también las fosas nasales 1284 wiki
.cabezas (3).. Y o bien el cuerno derecho .sugerido con el inmaculado cielo azul de la izquierda. era símbolo del Alfa, del Principio, de la Creación, o incluso del bien, o bien era oscuro y apocalíptico, como el cuerno izquierdo .que así era el cielo a la derecha., y había sido arrancado. El hombre de santa cabeza (1) en las nubes vestía de apocalíptica piel de toro. La imagen de Jesucristo resucitado a lomos de este toro me recordó al hombre a lomos del toro en el infierno de El carro de heno. Las infernales escenas, en primer plano del panel, en el Juicio Final, también parecían ocurrir a espaldas de estas bestias, que giraban su cabeza hacia atrás para mirar de frente al espectador, imitando así al pequeño y evidente dragón sobre el tejado, que giraba su cabeza para mirar a una mujer desnuda .como el resto de personajes humanos. entre serpientes, a todas luces símbolo de Eva. Cabezas, cabezas y más cabezas. Noté que se acercaba otro grupo de personas, acompañados por un guía. Me aparté de El gran masturbador para dejarles sitio. Metí el libro en el zurrón y regresé a la sala del Guernica. Tras contemplar el inmenso mural durante unos minutos, retomé el análisis de otras obras del Legado Picasso de 1981, repartidas por las salas anexas. Algunas de ellas me dieron más de una sorpresa.