de Picasso, seguro que sería muchas otras cosas más. Cada trazo del Guernica tenía su sentido. LAS CABEZAS Todas las cabezas evidentes del Guernica aparecían de perfil. Todas excepto dos mostraban su perfil izquierdo. Sólo las cabezas del niño y del hombre en el suelo mostraban su perfil derecho. Las fosas nasales de estos dos personajes invitaban a identificarlos entre sí, pues solo en estos dos casos las fosas nasales izquierdas eran paralelas a su correspondiente fosa nasal derecha. Todo parecía tener un fin; nada era decorativo. Picasso descendió hasta los orificios de la nariz para identificar entre sí a aquellos dos personajes que a su vez se identificaban con Cristo en una de las interpretaciones. La orientación de la mayor parte de las cabezas invitaba al espectador a recorrer la obra de derecha a izquierda, hasta acabar en la mujer con el niño entre sus brazos, donde la orientación opuesta de la cabeza del niño y del hombre en el suelo, y la de sus cuerpos, invitaban a recorrer el camino inverso. En la escena de la mujer con el niño recaía el peso de la interpretación más intuitiva y piadosa del cuadro en su conjunto. Conceptos opuestos, como nacimiento y muerte, masculino y femenino, animal y humano, divino e infernal, blanco y negro, pasado y futuro del arte… se enfrentaban
entre sí y fusionaban en total armonía en el Guernica. La existencia de un equilibrio entre conceptos opuestos, y al mismo tiempo complementarios, es característico de las filosofías orientales. El Guernica, con sus pares de ojos en forma de lágrimas oscilantes, impulsados por sus pupilas, invitaba explícitamente a imaginar tal simbolismo, encarnado en el yin y el yang 1049. El sufrimiento desencajaba el yin del yang, desestabilizaba el equilibrio e incluso parecía aniquilarlo, como así lo sugerían las fosas nasales del niño y del hombre. 1049 wiki LAS MANOS En el Guernica sólo había dos manos cerradas. Aparecían en el centro del lienzo, una abajo y otra arriba: abajo se aferraba a la espada de la muerte; arriba se aferraba a luz de la verdad, luz de vida. También las manos eran símbolos. Algunas parecían tener forma humana, como las manos de la mujer en llamas, o la mano izquierda del hombre en el suelo, situada en la esquina izquierda del Guernica: la oscura yema del dedo más grueso sugería la sangre y la corona de espinas en la cabeza (6) de Jesús; y la uña era su cara; a los lados, las uñas oscuras de los otros dos dedos sugerían manos ensangrentadas por los