El simbolismo tan sutil, tan evidente y al mismo tiempo tan difícil de percibir que había ideado Picasso para incluir en el Guernica el Cristo de El Descendimiento me pareció magistral. El simbolismo estaba ahí, bien visible; pero pasaba desapercibido. Con esa intención parecía haberlo ideado Picasso: ese pequeño niño, al lado de todos esos otros personajes tan enormes y de tanto carácter, no recibiría más atención que la que se le prestaría a un simple niño. Picasso intuyó, no sin razón, que todos los esfuerzos interpretativos se centrarían en el toro, en el caballo y en el resto de personajes, y que el niño, al ser tan evidente su dibujo y su significado aparente, pasaría por solo eso, por un niño, y a nadie se le ocurriría pensar que en él se encarnaba uno de los símbolos fundamentales del Guernica, un símbolo que relacionaba al niño con Jesús, el de El Descendimiento, invitando así a establecer un paralelismo entre ambos cuadros y entre ambos artistas. El ingenioso recurso expresivo logrado por Roger van der Weyden al aproximar la mano de Jesús a la de María, en El Descendimiento, la trasladaba Picasso al Guernica literalmente, aproximando la mano del niño .del niño Jesús muerto. hasta superponerla a la de la mujer que lo sostenía, su madre María, que clamaba de dolor al cielo. Pero Picasso fue aún más allá: también aproximó la mano del niño a la del
hombre, aproximando así la mano del niño Jesús muerto a la del Jesús crucificado y depositado en el suelo. Y vi en el libro de Roger van der Weyden que muchas de sus obras incluían a María con el niño Jesús en sus brazos, y que algunas incluso mostraban exclusivamente esa escena. El ingenio de Picasso le llevó a incluir también ese momento pero reinterpretándolo, simbolizando la crucifixión futura de Jesús a través del niño Jesús muerto, con sus manos heridas, en brazos de su madre, María, cuyo rostro de agonía se amplificaba por el hecho de no ser solo su hijo Jesús adulto el que era asesinado sino también su hijo Jesús aún niño. La imagen de María abrazando a su niño Jesús crucificado y descendido, surrealista prefiguración de la Piedad, era una imagen inédita en la historia de la pintura, o al menos yo jamás la había contemplado antes. LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS Y EL GUERNICA Y entonces recordé La adoración de los Magos 1029 que había visto el día anterior en la misma sala donde se exponía El Descendimiento. La obra, una copia anónima del panel central del 1029 La adoración de los Magos (hacia 1460R1470) del Maestro de la Adoración de los Magos del Prado (activo hacia 1460R1470), Museo Nacional del Prado (P01558), Madrid. museodelprado:[obra Maestro]