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obra retocada a cada instante por el pincel multidimensional, omnipotente, omnipresente, omnisciente, de las fuerzas de la naturaleza; una obra que se creaba a sí misma, que era pintura, pincel, lienzo, modelo y pintor al mismo tiempo, universalización de Las meninas 1005, el más real de los autorretratos, la más completa composición de naturaleza muerta, y aun así viva, jamás representada. 1005 La familia de Felipe IV, o Las meninas (1656; óleo sobre lienzo; 381 cm × 276 cm), de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599 R Madrid, 1660), Museo Nacional del Prado (P01174), Madrid. museodelprado:[obra Velázquez enciclopedia] wiki Bajé de la guagua en una parada cercana al Reina Sofía, en la confluencia de la calle de Atocha con la glorieta de Carlos V. Al río cultural y de ocio que recorría las calles del centro de Madrid se le unían en este punto tres de sus principales afluentes. Los visitantes que salían del Museo del Prado, del Museo Thyssen- Bornemisza y del Museo Reina Sofía se sumaban a los que iban y venían desde la plaza Mayor y la puerta del Sol. Gentes de todas las nacionalidades, alimento de los restauradores que les alimentaban, vidas que daban vida a los mercaderes, historias llegadas de pueblos y ciudades remotas… todos, por un instante, compartían su destino. DE ATOCHA A LA INDIA

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Entré en una cafetería, me senté junto a uno de los ventanales y pedí y degusté mi consumición contemplando relajadamente el ir y venir de la gente por la calle. Y volví a recordar aquel viaje a la India, país en el que por primera vez probé la bebida que ahora estaba tomando. En concreto, recordé el día en el que viajé de Nueva Delhi a Agra, en el Shatabdi Express. La niebla de las primeras horas de la mañana hacía aún más difícil la movilidad entre el caótico tráfico, que ya colapsaba la entrada de la estación de tren de Nueva Delhi. A prisa, casi sin tiempo, buscaba entre el gentío las ventanillas de venta de billetes, pero solo me topaba con hombres que, con insistencia feroz, pretendían conducirme hacia otros lugares de reventa. Tras encontrar las ventanillas oficiales compré un pasaje para Agra, encontré el andén como pude y a la carrera subí al Shatabdi Express, apenas unos segundos antes de que arrancara. Los asientos, las diminutas y ovaladas ventanillas, la moqueta en el suelo y el estrecho pasillo le daban al interior del vagón el aspecto de una aeronave de otros tiempos. El tren se puso en marcha muy lentamente. A través del amarillento cristal de la ventanilla divisé difusas e interminables filas de chabolas, hacinados hogares de familias condenadas a la miseria, gentes que por decenas hacían sus necesidades entre las vías. La impotencia y el respeto me llevó a apartar la vista.

14 -2 -1 -1 +1 +1 +2 http://www.museodelprado.es/ https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/las-meninas/9fdc7800-9ade-48b0-ab8b-edee94ea877f https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/velazquez-diego-rodriguez-de-silva-y/434337e9-77e4-4597-a962-ef47304d930d https://www.museodelprado.es/recurso/meninas-o-la-familia-de-felipe-iv-las-velazquez/296ac38f-8bf6-439d-b13c-ed22de8c39de http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Las_Meninas 14 -2 -1 -1 +1 +1 +2