En este sentido podría incluso afirmarse que un robot extraterrestre, por poner un ejemplo, tiene algo de conciencia humana, en especial cuando fuese parcialmente gobernado por humanos desde la distancia. Y de la misma forma podría afirmarse que la conciencia de lo divino, la que el ser humano siente en mayor o menor medida, la ha heredado de su Creador. Si el ser humano cumple a rajatabla con las leyes de la naturaleza; si es una máquina biológica, materia y energía sujeta a acción y reacción, y aun así afirma que tiene conciencia y voluntad, y con razón, porque así lo siente; si esto es así, que lo es, entonces, por el mismo razonamiento, no puede cerrarse a la existencia de conciencias y voluntades superiores o inferiores a la suya; e incluso puede llegar a intuir que toda la creación, todo cuanto existe, conocido o no, generado como fuere, espontáneamente o no, tiene conciencia y voluntad, como así se le manifiesta tanto a bajo nivel, en el conocimiento de las leyes y elementos fundamentales de la naturaleza, como a alto nivel, en la conciencia y voluntad humanas. El que una partícula elemental se comporte de la forma en que lo hace, ¿se debe a su naturaleza, o se debe a su conciencia y voluntad? ¿O no será que son lo mismo, que su conciencia y voluntad se manifiestan en su comportamiento, que son resultado de su naturaleza, tal y como ocurre en el ser humano?
El concepto de voluntad surge de la malinterpretación que el limitado cerebro del ser biológico realiza de ciertas manifestaciones de la realidad. El cerebro no es consciente de esta malinterpretación, y por eso no puede negar categóricamente la inexistencia de la voluntad, que por otra parte no puede negarse, pues hace referencia a su naturaleza: «pienso lo que pienso y hago lo que hago porque así soy». Al reflexionar sobre esta idea me sorprendí descubriendo otra aún más paradójica, en la que sin embargo parecían coincidir plenamente tanto mi pensar como mi sentir: que no existían ni la voluntad ni la ausencia de voluntad, porque se estaba llamando voluntad a la ausencia de voluntad. VIDA Y lo mismo me parecía que se podía decir de la vida 914, de esa espumosa ola que nace, avanza y muere en el mar de la existencia. La ciencia .tiara del sentido común. afirma que, en último término, un ser vivo se compone de partículas elementales 915. Sin embargo, la ciencia no afirma que las partículas elementales estén vivas; afirma que las partículas elementales poseen masa, carga, espín… pero no dice que 914 wiki 915 wiki cern google:traductor