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propia. Desde esta perspectiva sería posible incluso una nueva interpretación del Génesis, algo así como que Dios creó la célula y la puso en un cultivo, el paraíso; y le dijo .en lenguaje genético. «Crece y multiplícate»; y la célula creció y se multiplicó, pues comió de los frutos del árbol de la vida y no de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal, que no estaba en el cultivo. La célula hace lo que está escrito que tiene que hacer, que es lo que quiere hacer, pues esa es su naturaleza. Pero he aquí que el ser humano se pregunta: «¿Cuál es mi misión en la vida?». Y su pregunta revela la verdadera raíz del problema: hasta que todos los seres humanos no encuentren la única respuesta a esa pregunta; hasta que la ley de Dios no se grabe en sus cerebros, como lo están las leyes de la genética en la célula, y las de la naturaleza en la naturaleza, y todos hagan según les dicte esa ley, que será la misma para todos y coincidirá en todo con lo que querrán hacer, pues será acorde en todo a la naturaleza humana; hasta que no llegue ese día, no se producirá el gran milagro de la Creación del nuevo ser, que será para el ser humano algo parecido a lo que el ser humano es para la célula: «Pedid y se os dará» 906. Nueve meses tarda el feto en ver la luz del mundo. 906 Mateo 7, 7 vatican:[español latín] latinvulgate biblos

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¿Cuánto tardará este nuevo Ser en ver la luz de Dios? La Eva y el Adán que comieron del fruto del árbol prohibido debieron de ingerir al hacerlo alguna sustancia inhibidora, tan potente que no solo afectó a sus conciencias sino incluso a su genética, impidiéndoles engendrar individuos perfectos; de ahí que los dos fuesen expulsados del paraíso; de no haberlo hecho, su descendencia, con el tiempo, lo habría destruido, tal y como están destruyendo la Tierra. LA CONCIENCIA Mientras le daba vueltas al concepto de conciencia me vino a la memoria una anécdota que me ocurrió en un viaje a la India. Es casi de ley que todo aquel que visite la India, entrañable país de máximos contrastes, acabe topándose, tarde o temprano, con una fascinante especie de filósofos que, con tan solo un taparrabos, un turbante y una pequeña tinaja, deambulan por las carreteras y senderos enseñando sus doctrinas. A mí me ocurrió en más de una ocasión. En una de ellas, la curiosidad, siempre indiscreta, me impulsó a acercarme para escuchar lo que decía. Atendí durante un buen rato a su discurso, traducido amablemente al inglés por uno de los congregados a la charla. Sus palabras sobre la conciencia del ser humano y su misión en este mundo me dejaron boquiabierto. Sus ideas me

14 -2 -1 -1 +1 +1 +2 http://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+7&version=RVR1960 http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PUH.HTM http://www.vatican.va/archive/bible/nova_vulgata/documents/nova-vulgata_nt_evang-matthaeum_lt.html#7 http://www.latinvulgate.com/verse.aspx?t=1&b=1&c=7 http://biblos.com/text/matthew/7-7.htm 14 -2 -1 -1 +1 +1 +2