ELOELLA Río de amor que de la angustia brota, rompe el dolor de mis ojos perdidos, que el ver inertes los suyos, queridos, el alma hiéreme y mi vida agota. ¿Qué quiere este sufrir que cruel me azota? ¿Por qué ansío morir entre gemidos? ¿Qué desgarra la sien de mis sentidos y al tiempo de agonía lenta dota? ¡Por qué tuvo que ser así el momento de alzar su vuelo el ave encarcelada, sin forma de mostrarle cuán lo siento! Su vida entre mis brazos apagada. Le beso y grito al cielo mi tormento: «¡Sin ti no quiero ser, ya no soy nada!».