TAUTOLOGÍA Las religiones parecen surgir de una simple tautología, «lo que existe es el todo», de la que se deriva otra igual de simple, «todos formamos parte del todo». Sólo de tautologías como estas pueden nacer las religiones. Las tautologías son irrefutables, por eso tienen carácter divino; todo lo dicen sin decir nada. El máximo grado de sabiduría es tautológico, pues constata la evidencia: las cosas ocurren porque han de ocurrir; son como son porque así han de ser. Las leyes de la naturaleza son tautológicas; existen porque han de existir y porque, si no existiesen, no existirían, ni ellas ni nosotros. Al llamar «Dios» a «lo que existe» y también a «el todo» se está afirmando algo así como que Dios es Dios y todos formamos parte de Dios. El Dios de la Biblia se autodefine como bien pudiera definirse la existencia: «Yo soy el que es, el que era y el que será». A tenor de esta definición, también parece lógico que Dios todo lo sienta o lo vea: cuando alguien ve o siente, también Dios lo ve y lo siente, por ser ese alguien .y su conciencia. parte del todo que es Dios. Resulta sorprendente constatar cómo de una semilla tan poco productiva como las tautologías han surgido tantas y tan diversas religiones que tanta influencia han tenido y tienen sobre el devenir del ser humano. Quizá las religiones