que había en las tracerías; e igual que hizo con María. Quizá por eso hubiera dos diminutas ballestas en las tracerías mayores, e incluso dos flechas en la mano del joven subido a la escalera. Jesús, descendiente de Adán, y María, como nueva Eva, permitían incluso suponer que las dos diminutas ballestas, creadas por los ballesteros, eran símbolos de Adán y Eva, creados ambos por Dios. A partir de este pequeño análisis de El Descendimiento, y después de elucubrar unos minutos, concluí que existían, en cualquier obra de arte, tres niveles de significación. Saqué papel y lápiz y escribí: PRIMER NIVEL DE SIGNIFICACIÓN «El primer nivel de significación lo conforman los colores y las formas evidentes. Es un nivel accesible a todas las personas que superan un umbral mínimo de capacidad cognitiva, de manera que pueden segmentar la obra en colores y formas independientes, sin necesidad de conocer ni siquiera los nombres de los colores o de las formas: la calavera junto a la mano de María, en El Descendimiento, se identificaría a este nivel como una forma independiente, con sus correspondientes colores, si bien podría no conocerse lo que es, por no haber visto nunca anteriormente una calavera, como podría ocurrir si el espectador fuese un niño. Alguien
desconocedor de la tradición cristiana o de la historia de El Descendimiento percibiría la obra a este nivel: las marcas en las manos son heridas .hasta un niño llegaría a esta conclusión, si conociera lo que son las heridas y la sangre, o lo intuyera gracias a la imagen., los brazos caídos sugieren un cuerpo inerte, las lágrimas y los rostros sugieren llanto y tristeza…; el hombre con heridas en su cuerpo sería sólo eso, un hombre con heridas en su cuerpo. Si la forma, a este nivel, resultara ambigua para el espectador, podría sugerirle distintas interpretaciones, o ninguna. En cualquier caso, el espectador a este nivel no sabría quienes son los personajes, ni mucho menos la relación que hay entre ellos; ni siquiera tendría que saber que la cruz es una cruz, o la ballesta una ballesta, ni conocer sus usos. El conocimiento se limitaría a la capacidad de segmentar las formas en entidades independientes: la información la aportarían el color, las texturas, la perspectiva, su correlación… junto a un conocimiento mínimo, de lo cotidiano, de formas universalmente reconocibles, como la de un ser humano, por ejemplo. La percepción a este nivel sería incompleta si no se reconociesen todas las formas independientes o no se distinguiesen todos los colores. Lo que se ve es estrictamente lo que se representa: ciertas formas se perciben como humanas, sin ir más allá en cuanto a su