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»3. Debajo de su cabeza, justo delante del hueco de la puerta, hay un personaje reclinado. Con su rodilla izquierda en el suelo, la derecha flexionada y el cuello ligeramente alzado dirige su inexpresiva mirada hacia el candil. Su pie izquierdo llega hasta el extremo derecho del cuadro, hasta la otra puerta. Un tocado triangular cubre su cabeza por detrás, y un pequeño chal o pañuelo cubre sus hombros. Sus desnudos y femeninos pechos sugieren que también este personaje encarna a una mujer. »En la parte más alta del cuadro, en el techo de la mitad izquierda, justo a la izquierda del candil, si bien un poco más arriba, hay un óvalo radiante que en su centro contiene una bombilla. La interpretación evidente de que aquello es una lámpara encendida se acentúa por los picos que, a modo de destellos de luz, brotan de su contorno. »4. Justo debajo, a la altura del candil, aparece la cabeza de un caballo orientada en la misma dirección que la del personaje anterior, hacia la izquierda, si bien el caballo tiene el resto de su cuerpo orientado en sentido opuesto. Sus cuatro patas llegan hasta la parte inferior del lienzo: la pata delantera derecha está arrodillada; la izquierda, solo flexionada; sus cuartos traseros firmes. Una lanza parece atravesar el cuerpo del equino, que relincha de dolor. »5. En primer plano, entre las dos patas izquierdas del caballo hay un brazo humano

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extendido en el suelo. El brazo, que empuña una espada rota, parece pertenecer a un personaje de aspecto masculino, del que ha sido desgarrado a la altura de su hombro derecho con un corte limpio. El brazo se encuentra a una distancia considerable de la cabeza del hombre: les separan los cuartos traseros del caballo. Sorprende que el hombre no parezca tener ni cuerpo ni piernas sino tan solo cabeza y brazos. El caballo planta su rodilla tras la muñeca; y tras la mano que empuña la espada surge una flor. En el suelo, en primer plano, ante la pata trasera derecha del caballo, aparece la cabeza de este personaje masculino, orientada hacia arriba, con el cuello orientado hacia la derecha sobre el tobillo equino. El otro brazo, el izquierdo, parte hacia la izquierda desde la cabeza y llega con la mano abierta hasta el extremo izquierdo del cuadro. Este brazo, aunque no está unido al cuerpo por no haberlo, sí se une visualmente a la cabeza, de ojos dislocados, desencajadamente abiertos, de boca también abierta, todo lo cual, unido al general desmembramiento, sugiere que el personaje está más muerto que vivo. »6. Encima del brazo izquierdo, a muy poca distancia, aparece una mujer con un niño entre sus brazos. La mujer y el niño ocupan un espacio de anchura equivalente a la longitud total del brazo bajo ellos, y de una altura que llega hasta los dos tercios del cuadro. La mujer, con la

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